Estoy solo,
completamente solo,
sin ti,
alimentándome de soledad.
De nostalgias
de recuerdos y tristezas,
sigo solo,
solo.
Me úbico entre la penumbra
y la agonía,
solo, solo estoy.
Espero.
Me siento solo
como dos puntos suspensivos
que balbucean,
intentan, decir algo.
La lluvia, con su tristeza
que de vez en vez me acompaña,
golpea con sus dedos húmedos,
el cristal de mi ventana.
Y cuando se aleja
con su humedad viajera,
me deja solo, nostálgico;
con frió en cuerpo y alma.
Es entonces en verdad,
que me encuentro solo,
solo.
Agonizo.
©Armando Cano.