De dónde vienen las palabras, si no es del talento.
Hacia dónde se dirigen los lamentos, más que al arrepentimiento.
Si no es frío o caliente, la tibieza es un castigo para los de andar cansino.
Para aquellos que no son capaces de elegir entre blanco y negro, un grisáceo matiz.
Nosotros, ustedes que reniegan, esos que se renuevan a través de las quejas.
Los seres que causan disturbios, insaciables, mundanos, la vida escapa de sus manos.
Quien llora y ríe, el que vacila día a día, retrocendo a pasos largos.
Ellos, impostores de la verdad, ellas, portadoras de lealtad.
Cobardes, entre blanco y negro, temerosos entre la tierra y el suelo.
Vida ante la muerte, rendición ante los flagelos, enemistad en el inicio del tiempo.