susoermida

UN DÍA IGUAL A LOS DEMÁS

 

 

Fue una sombra sin tregua

que iba guarnecida de guarniciones,

de colores de la paleta del sentir,

de acechos en todos tus pasos

y sembrando tus climas con un lento pasar.

Fue un día de fruta madura

y sueños de dientes clavándose en tu fruta.

Tenia tu piel todas las orillas

que fraguan las flores de aromas lejanos.

Había nudos en mi garganta

y cuerdas de volúmenes abatidos

en mis manos volando hacia ti.

Este mundo de palabras

que son huesos evidentes

en un ataúd de olvidos

son solidas construcciones

de que no te olvido.

Hay un beso marcado,

escrito, tallado sobre las dos mitades

de un fallecimiento imposible.

Hay una forma dura y sonora

en este sentir

preñado de labores imposibles.

Hay un jornalero diario

en cada pie de esta espuma levantada

que con su azada de material de sueños

va a su quehacer diario.

Tengo un hospital de urgencias

con médicos que curan con puntadas de recuerdo

y una enfermedad verificada.

Y tengo un baúl de humo

donde dejo los verbos del querer

para que se hagan ceniza

junto a los hierros de esta constancia que me vence.