Alonso Moraga

Una Noche Pálida y Sombría


Una noche pálida y sombría;
vibran los sórdidos silbidos de la cigarra lastimera,
el viento se ha llevado la amarga primavera;
es la noche oscura y fría.

 

A mi ventana, el suspirar de la cigarra acongojada,
llega retumbando con dulzura fementida;
su canto es la promesa dormida
que entrega la aljaba del alma enamorada.

 

En el alma la ilusión bendita,
con la efímera sustancia humana,
se extingue sin remedio como el alud
de la montaña, y como la triste cigarra infinita,
exangüe, la ilusión anida en mi ventana,
tocando la nota augusta del doloroso laúd.