Aquí yacen los restos de quien gritó,
a todo pulmón un día,
que la injusticia acabaría,
y su sueño expiró.
Aquí yacen los restos de quien luchó,
soñando una nueva nación,
teniendo una visión,
que al unísono escuchó.
Aquí yacen los restos de quien marchó,
por caminos y quebradas,
con la vida apretada,
cuando de los esbirros escapó.
Aquí yacen los restos de quien murió,
luchando por la utopía,
que pensó alcanzaría,
y la muerte lo atrapó.
Aquí yacen los restos de quien creyó,
en principios revolucionarios,
que convirtió en su santuario,
y luchando por ellos pereció.
Aquí yacen los restos de quien amó,
a la humanidad con valentía,
y nunca se rendía,
porque amarla aprendió.