El amor duele
Igual que la espera
Que una ilusión como el papel
Tan frágil y tan llana pueda quemarse
Duele abrir los ojos
Duele después de querer mirar lo que nunca hubo, lo que nunca habrá
Tal vez es una de tantas experiencias, de esas que es mejor dejar llegar y aprender.
Porque a fin de cuentas, quien es el autor de las ilusiones y los desengaños si no es uno mismo.
Aquí dejo constatado que mucho corazón soy y tengo y que nunca siempre se cosecha lo que se siembra.