El vino puede sacar cosas que el hombre se calla. Cosas que queman por dentro,
cosas que pudren el alma de los que bajan los ojos, de los que esconden la cara.
Alberto Cortez
Una copa de cristal refleja mi rostro,
triste, cansado, tímido, su base carda,
estrellada, fustiga mi carne cada vez
que la beso, ese liquido rojizo de
olores dulces y tiernos, colápsan todos
en mi boca cuando les pruebo y les siento,
lo amargo me sigue, invade severo,
el vino se cae, encharcándo mi lecho,
flaqueó de mis manos, sin tino, corriendo,
hilazas bermejas de colores inciertos,
ahogadas en sábanas incoloras que
guardan recuerdos, aromas escondidos que
dejó tu cuerpo, aspiro y te advierto,
no sé por cuanto, viviré este infierno,
me refugio en el vino, sigo bebiendo,
mi alma salpicada de esos momentos,
galopa embravecida como vendaval
intenso, solo embriagado mitigo mis
miedos, resignado y con pena me miro
siempre que lo quiero, mi cara…el reflejo.