Pienso que... ya no soporto más sufrimiento el que por las noches siento y no me deja descansar en silencio.
Aunque siento como si fuera un tormento, porque cierro los ojos y ahí te veo, con tu cabello blanco y tu camisa a cuadros, como si me estuvieras viendo.
Siento como el corazón se estruja, se entumece, se hace pequeño... conectándose con mi cuello, invadiendo mi garganta como si me ahorcara y mis ojos parecen como cascadas.
Cascadas que no paran de sangrar. En mi mente siempre llueve, aunque afuera todo parezca resplandeciente. Todo luce en orden pero dentro soy como un espejo que el viento rompe.
Algunas veces me siento perseguida, perseguida por la muerte, reclamándome las vidas que le pertenecen. Me agobia la soledad de este mundo me agobia pensar que este dolor se potenciará en un futuro.
Hoy decidí volver a escribir, siento que mi alma descansa aunque mi sistema no puede apagarse y decir ¡ya! !no más! ¡Basta!.
Vivo donde no me puedo comunicar, no tengo un hombro en el cual llorar. A millones de kilómetros en la nostalgia me espera quien me amo por vez primera.
Y nos volveremos a encontrar y cuando seamos energía seremos de nuevo familia, a los dos evidentemente los elegiría en esta y todas las vidas.