Te he querido tanto, a pesar de ser un sueño,
que ya a ninguna otra podré amar jamás
como a ti te he amado, porque tú serás
para siempre de mi aciago corazón su dueño.
En amarte sobre todo puse mi empeño
para que tú no me olvidaras nunca más,
pero fue el oscuro hado, o el azar quizás,
quien de mí te separó como dulce ensueño.
Tú ceñiste mi corazón con lazos de amor
que ya nunca lograré sus nudos desatar,
aunque seguirte quisiera por cielo y mar.
Tendré que sobrellevar de tu ausencia el dolor
hasta que tu sueño en el alba se desvanezca
o hasta que mi eterno amor por ti desfallezca.
Suspiros y sueños de amor