Carlos García Oliver

LA VIDA TE ESPERA Y TE LLAMA A GRITOS HIJO MÍO

 

El día que ya te haya visto que has crecido,
que ya seas un hombre,
y me digas que no necesitas de mí, que ya estás grande.
El día que trabajes, seas padre y hayas conformado un hogar,
que ya no tenga yo la misma fuerza de mi carácter,
y tengas que entenderme que estoy cargado de años.
El día que tú te sientas realizado,
emprendas vuelo hacía la vida,
que estés cansado de tanto trabajar
y tengas que hacer más,
que te quejes de la vida,
que sepas cuánto sufrí,
que tengas alguna pequeña idea
y que veas que la vida no es fácil,
que tu esfuerzo sea mayor,
y el resultado menor,
te daré fuerza para seguir hijo mío,
ese día a día haz de vivir.
Ya sé que no seré el mismo de antes...
Pues seré un viejo caminante;
sé que no seré quien te
prohiba soñar, volar, caminar y vivir,
pues eso te lo enseñará la vida misma.
Deberás caminar no tanto como yo,
o tal vez un poco más.
Aprenderás lo que es luchar por la vida,
por la libertad, por el amor, ese día a día lo haz de vivir.
Te prometo que estaré siempre en tu regazo, en tu hombro, en tu andar; aunque ya haya quedado mi recuerdo tan solo,
aunque sea un día primaveral, sé que me recordarás, y sentirás el frío de la ausencia
hijo mío, todo esto también lo viví.
Tuve que afrontar, que luchar, también mentí, e hice mal, sé que me dirás que no soy quien para decirte que hacer, pues no soy el mejor ejemplo;
pero he llegado por lo menos a ser viejo, ya no soy el mismo de antes,
no es mi culpa, es de los años, mi cuerpo ya no funcionará igual, y querré pregonar gritos de impotencia, querré llorar y no parar, de saber que tú, tendrás que saber que es el dolor.
Quiero que luches día a día por ti,
y después... lo demás.
Recuerda que hacer el bien trae bien, recuerda que hacer el mal trae amargura, no soy un santo, porque soy pecador, tú también lo serás, también fuí niño como tú, también soñé, caí, me enamoré, tanto así, que eres tú, fruto del amor, y también de Dios.
Yo, soy un hombre realizado, caminante y algo cargado de años, tú, también eres hombre, eres jóven y con una larga vida, un camino lleno de experiencias, hijo mío te espera la vida, te llama a gritos que vayas por ella, que sigas el camino, a tu manera tienes que vivir, cada día, solo hoy, no hay mañana, la vida es tan corta que a veces perdemos el tiempo sufriendo, aunque sé que todos tendemos a hacerlo.
Pués de sufrir he aprendido tantas cosas, que también aprenderás con el pasar del tiempo.
Si mañana no amanezco, y me quede dormido eternamente, quiero que sepas que siempre estaré a tu lado, mientras tengas mi recuerdo presente, estaré vivo;
y si me dejas en el olvido, igual estaré a tu lado, el recuerdo son solo marcas del pasado, no te prometo siempre poder conseguir todo lo que me pidas, pues la vida te premiará si tú mismo consigues tus ideales.
Recuerda que el que no sueña no vive, y el que no se ilusiona alguna vez, jamás habrá vivido, quiero que sepas que si mañana no estoy, no importa, ya bastante he vivido,
ahora te toca a ti, adelante hijo mío, no pienses en el destino, dale cara a la vida, cosecha amor, y siembra caminos, se un hombre, y válete por ti mismo.