Si esta allí quieto, tranquilo, calmo sin nada de que preocuparse.
Sabe que la venganza de sus enemigos tardará en llegar, sabe que los frutos de sus árboles volverán a brotar, sabe que el sol brillará todas las mañanas mientras que la luna se ocultara detrás del mar.
Estaba sin pensamientos alguno, concentrado en el silencio, en el único sonido inexistente... Estaba disfrutando la tranquilidad.
Se sentía cómodo en la silla vieja, parecía que hubiera una especie de bloqueo en su mente, la mirada puesta en frente sin titubear, se mantita concentrado en aquel paisaje que lo rodeaba de hace años.
Esperaba con paciencia el tiempo de su partida, pero este día estaba más tranquilo de lo normal.
Llevaba horas en el mismo lugar, los gatos comenzaron a maullar, los perros se sintieron solos entre círculos imaginarios ellos no paraban de ladrar y en la casa con orilla al mar, seguía este hombre tranquilo mirando al mismo sentido desde ya hace varias horas.
No había nadie en aquel lugar, estaba más solo que sin sus perros y sus gatos, estaba más solo de lo habitual, a estas horas el hombre salía a caminar y reflexionar.
Ahora estaba ahí, quieto esperando paciente la llegada de los buenos aires.
Pero este día tan tranquilo, este hombre dejaría de ver al frente, sus ojos en blanco y su piel pálida hacían resaltar su calma.
Al final de todo la venganza más grande fue el tiempo... Este hombre tan tranquilo, se fue calmo e incluso hasta pacifico.