Iris de tus labios
cuando tu boca me llevaba por senderos luminosos
Agua de tu cauce
mientras la sed me ahogaba en los pechos de tus pasos
Mañana aletargada en el bostezo
luego dejar atrás pleitos nocturnos
sepultos en pliegues de frías sábanas
acurrucados en almohadas distantes
porque la soledad no depende de estar acompañado
o estar sin ti contigo
o sin mí a tu lado mientras sueñas
como un espectador convidado de espumas
acuchillado por una tos viral sin consuelo.
Ahora que me encuentro encriptado en algoritmos de angustias
sin descifrar el modo de entrarle a tus ganas
nada es tan desconcertante como aparecer en tu oniria
como esperpento de aquel que amaste sin medidas
rogando ante el esplendor de tu lozano deseo
iris de tus labios
agua de tu cauce
pechos de tus pasos
sollozando a tu lado mientras duermes
inmóvil de silencio para no romper tu sueño.