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Es tu beso a mis labios, como aire entre las manos,
promesa de ojos cerrados de la rosa de tus labios
que ayer de colores fue el color,
y hoy, a negro de dolor se pervierte.
Es un mechón de tu pelo inerte
a los dedos desamparados el cosquilleo insistente,
que al recorrer su camino el tiempo se invierte
de la muerte que la distancia nos ha dejado.
Son las voces del pasado las que en la mente
se revierten y que, a veces, son ecos desgastados
nombrándonos juntos a gritos,
…y a gritos nos mienten.
Hay en uno de mis ojos cansados
una nebulosa de consonantes persistentes
y un universo de vocales latentes
en el otro guardado,
que solo tu al mirarlos, y solo tu,
en nombre los conviertes.
Es mi verso una muralla herida
repartiendo esquelas a los cuatro vientos,
que de cada queja de cada orilla
y de cada lamento, se hace simiente;
Versos, como aire entre las manos,
que ayer fueron semillas a cada beso
y hoy son flores con espinas hirientes;
Sarmientos muertos en la despedida…
Solo versos,
para guardarnos la vida;
Pobres versos,
mientras sigues ausente.