Saldrás, pronto saldrás de tu nido,
del oscuro amparo que abriga tu olvido, tu fugaz eternidad.
Saldrás, pronto saldrás
del perpetuo abrazo que el profano tiempo destruirá,
pero habrá nuevos brazos, brazos siempre abiertos
que te den seguridad.
Vendrás, pronto vendrás a esta madeja que llamamos vida:
dualidad inexorable que gobierna tu caída;
dolor de humanidad desteñida por el paso de los días.
Vendrás, pronto vendrás con tu conciencia tranquila,
tu impoluta voluntad de ser sin más razón de ser que ser
y así serás, pronto serás,
“Manifestación carnal de tu experiencia divina;
Causa primordial de tu entrañable presencia;
Azar y consecuencia del misterio existencial”
Y así será, pronto será.
Tan solo aquí estas palabras te dejo,
Que no son más que un gesto de amor de tu viejo,
Ninguna verdad, ningún consejo.
Solo un montón de incertidumbres y algunas horas que le robe al tiempo.
Una ilusión, un deseo y mi anhelo más profundo
que, al verte a vos nacer, veré nacer el mundo…
Vendrás, pronto vendrás…