La vida es extraña,
como esta luna de invierno,
tan fría y lejana,
plena y vacía,
estoy cansado, perdido,
no siento mis manos,
la quietud silenciosa
de la noche,
esta humedad, la niebla,
la soledad de la montaña.
Abro la ventana,
todos duermen,
la vida sin colores,
sin una mirada amiga,
a lo lejos, cerca del río,
despiertan las aves,
sus alas al viento,
tal vez algún día,
un día de estos...,
yo despierte...,
y las aves regresen.