Cuarenta estudios del amor y una canción desesperada
Como una paloma desesperada
vienes a mi alma con
tu voz agitada en
las colinas de tu amor destruído.
Ovíllame a tus ojos tiernos
enamorados,
Escóndeme entre tu agua
lagrimeante.
Embriágame con tu silencio
y desnúdame con tu
cuerpo necesitado
de que lo amen
y que lo quieran.
Tus ojos son como dos barcas
navegando en mi tarde
lluviante y triste,
triste tarde.
Voz del año nuevo venidero,
déjame descubrir tu
amor encendido
por el fuego a alta
temperatura
del abismo del día insípido,
paciente del ostentoso
diamante negro y
jardín durmiente.