Edu OZ

Vacíos y desiertos.

El sol hoy ha estado intenso

sin embargo las tormentas de mi alma

me han dado una tregua

la señora de negro y mirada rota que le gusta sentarse

en una esquina de mi alma a cantar tristes y solitarias canciones 

hoy no me ha visitado.

 

No es que la melancolía se haya mudado

de mis entrañas,

pero estos días que me he dado han serenado 

mi mente y mi espíritu,

los vacíos se han llenado de rosas,

antes he tenido que sacar muchas rosas negras

pero siempre hay que estar vigilando porque estas

rosas son tercas como cerdos sin amor,

y siempre quieren volver aunque les eches a patadas 

una y otra vez.

 

Te diré que estoy en un desierto

y no puedo salir corriendo de él,

solo tengo una opción atravesarlo

y en eso estoy,

porque los desiertos son parte de la vida

con sus enanos de lengua podrida,

y sus gigantes con sesos de mono malvado,

pero también son parte de la vida

los bosques, las cascadas, los ríos y los mares

y todo aquello que hace pensar a las púpilas y le da

músculo a los sesos.