Tus venas de piedra se esconden
bajo arbustos despiertos
te cantan pajarillos tristes
lucha y batalla de flores.
Dos olivos vigilan
la agonía de la higuera
agarrada al curso de agua
hoy serpiente de madera.
Un abrazo de palmeras
saluda a dos algarrobos
sombra de canes libres
faro en las noches claras.
Que tus flores sigan siendo
jardín perdido de abejas
manto de acelgas valientes
vista amable en mar de cemento.