Desde lejos oigo tu eco
torbellino de viento
relámpagos encendiendo
con tus sabores repletos.
Y en la fragilidad de la razón
se asoma con sus máscaras
repiqueteando un corazón
que descubre el amor
cuando amanece sonriendo.
Y te acaricio en cada verso
de mi latitud…
sonora amplitud
de los latidos cediendo
cuando respiro tu luz
y en tus brazos me duermo.