Matias 01

ADA LUZ

Recuerdo aun a mi vecina del frente

¡Ada Luz!

Delgada y fresca, piel suave y clara

como la mañana,

con sus ojos de miel e ingenua mirada;

A veces pasaba descalza por mi lado,

pies desnudos como alas,

con sus pasos suaves

de bailarina y mariposa.  

La miraba de reojo, me miraba de reojo,

sonreía alegre

y la primavera brotaba de sus labios

en un saludo,

que me turbaba en un instante

y soñaba

y ella lo sabía;

Ada Luz,

de rostro encantador;

A sus quince o dieciséis años,

ascendía como la luz en las mañanas,

alegre sin tregua,

dulce y suave como un suspiro;

De sus manos finas

y sus labios felices

-como el amor de la aurora-

volaban pájaros de todos los colores

en primavera;

Traslúcida y feroz en la vida,

con su dulce voz incandescente

en la sombra me besaba.

Así la recuerdo,

como una ilusión intensa,

sin palabras, como mar

embravecida,

ahogando a mi memoria.