Horas que pasan como estrellas
que en vez de deseos
te cumplen frustraciones.
Entonces, beso tu boca que no es mía,
que lleva otro nombre entre los dientes
y me río
porque soy el último eslabón
de esta cadena de ojos que miran espaldas.
Callo en versos para sacar arte de una mentira,
pero estoy cansada
de que te atragantes con perdones
que pedís por costumbre.
Estoy cansada de agendarte citas
con tus demonios.
¿No te diste cuenta de que soy la espectadora
que no te aplaude?
Que marchitaste mis flores
con tus caricias de sombras.
No me toques.
Deja que corra la sangre
debajo de mis párpados
y llegue el alivio.