Si no coinciden nuestros caminos/ y se acaban el amor y la fantasía,/ no seré como Jesús, que hizo milagros Divinos/ ni volveré al tercer día.
Un diccionario es lo mejor/ para entender lo que no hemos aprendido./ Busca tú lo que es el amor,/ que yo buscaré qué es el olvido.
Mi incapacidad para borrar tu voz,/ el no poder dejarte en el olvido,/ es tema a tratar con Dios.../ y a cancelar con Cupido.
No sé si fue mi fortuna conocerte/ o fue ley del destino encontrarte,/ nunca supe cómo llegué a quererte/ y hoy no sé cómo olvidarte.
Sin ti quise aprender a vivir/ y justo lo contrario es lo que pude lograr,/ quise olvidarte hasta reír/ y llegué a extrañarte hasta llorar.
Te he estado extrañando,/ pero cuando me asomo a verte,/ veo sólo zamuros revoloteando/ sobre el cadáver de tu amor inerte.
Quedarán de pie en sólido contraste,/ por la batalla que contigo libré,/ la tristeza de creer que no me amaste,/ la ironía de saber que yo te amé.
Amores del ayer piden que no sigas/ llevándome guardado en tu corazón,/ muchos esperan que me maldigas.../ yo sólo espero tu bendición.
Buen estudiante del amor fui,/ pero jamás nadie supo/ si tanto en tu escuela me inscribí,/ por qué nunca tuve cupo.
Agradezco una actitud sabia/ cuando haya una discordia,/ que no me olvides por rabia/ ni me ames por misericordia.
A la hora de morir, qué tontería/ tener el celular hasta el final,/ porque en el cielo no tendrás batería/ y en el infierno no habrá señal.
A mi canario que te amo le dije yo/ y él feliz me pidió alpiste./ Ayer supe que el tuyo de tristeza murió/ ¿qué fue lo que le dijiste?
A quien no puede caminar ya entendí,/ aunque ese no sea mi caso,/ cuando quise caminar sin ti.../ y no pude dar ni un paso.
Asegura siempre el escritor/ que según lo registra su memoria,/ puede haber una historia sin amor,/ pero nunca un amor sin historia.
A veces siento que tienes poderes,/ que te haces más fuerte cada semana;/ que puedo morir si tú quieres/y vivo si te da la gana.
Comernos a besos era excitante,/ sobre tu cuerpo yo o sobre el mío tú,/ pero un día no nos gustó el restaurante/ o fue que nos aburrió el menú.
Creo que para su mala suerte,/ en la mente de un suicida/ no hay un concepto claro de la muerte/ ni hubo nunca uno de la vida.
Cuando brota de ti un sueño que se esconde/ y brotan tus deseos también,/ siento miedo de saber en dónde/ y pánico de preguntar con quién.
Cuando dije no volveré al despedirnos los dos,/ no pude oírte muy bien./ ¿Al final dijiste adiós…/ o fue que dijiste amén?
Cuando la nostalgia por mí arde en llamas/ por una canción que te hace recordar,/ me pregunto si extrañas a quien amas/ o a quien dejaste de amar.
Cuando morimos según se escucha,/rezamos por los que amamos aquí./ Si voy al cielo rezaré por muchas,/ si es al infierno… sólo por ti.
Cuando rezan sólo con su voz/los define mi diccionario/ como hipócritas adorando a Dios,/ farsantes rezando el rosario.
Cuando se es virgen hay estrés/ por algo que se perderá algún día,/ por eso no olvido el miedo de tu primera vez/ ni el pánico de la mía.
Cuando termine tu llanto/ admite que la culpa es de los dos,/ porque es verdad que no fui un santo/ ni tú el cordero de Dios.
¿Dejaré de amarte algún día? -pregunto yo,/ soy un indeciso ¿qué duda cabe?/ Tal vez sí, tal vez no,/ lo más seguro es que... quién sabe.