Quiero amarte sin violencia, mansamente,
posar mis manos sobre tu piel desnuda,
con delicadez sedosa, suavemente,
y gustes mi boca sin palabras, muda.
Mi deseo es abrazarte tiernamente,
sin tener que recurrir en pos de ayuda
de caricias que harían eróticamente
una sexualidad animal y cruda.
Oye mi respiración, es apacible;
la tengo en la medida de lo posible
bajo un control difícil y esclavizante.
Mi intención es que esta noche te des cuenta
que a veces te tengo de forma violenta
y otras veces puedo ser un manso amante.