¡Oh mirada y cuerpo excitable!
tal cual príncipe griego,
hacían de ti un niño adorable,
lo confieso y no me niego.
En la empinada colina,
volar a la fiel golondrina
recordaba aquel día en el llano,
que ansiosa pedía el verano.
Aquella tarde fue incendiaria,
fue como el fin de una era,
esa ave milenaria,
anunciaba la llegada de la primavera.
El sueño es que esa golondrina,
su nido cuelgue en el balcón,
y que una y otra vez con su ala cristalina
acaricie mi enamorado corazón.
Copyright Milye Florian Nov.18