Y se abren como rosas mis caderas
y dos altos montes en mi pecho se despiertan
mi cintura esbelta como avispa
es llama ardiente que a tu libido acelera.
Son tus ojos brasas que me queman
en el preludio de un amor que me condena
a tus besos sedientos y sin retorno
y a la suavidad y tibieza de tu piel coqueta.
Asida a tu belleza y tus pasiones
me quemo en lo profundo de tu centro
permitiendo que mis sentimientos floten
entre tus caricias y tus deseados puertos.
Me amas entre locura y mesura
entre destinos aun no descubiertos
en el espacio donde las almas se juntan
y se dan todo por amor verdadero.
Me entrego a tus brazos sin miedos
aun quemándome con tu fuego
me abrazo a la esperanza y el tiempo
que me seguirás amando; ahora y luego.
Yamila.