Y decía Dios que se hagan los manjares...
y aparecieron las frutas maduras.
Ordenó que solo pocos hollaran el cielo...
y se originaron las aves.
Dijo que nacieran de la naturaleza, sonrisas...
y brotaron miles de especies de flores.
Seguía creando lo celestial, bello y canoro...
surgieron los pavos reales, los cisnes y los albatros.
Dispuso luego que asomen sus aliados...
allí estaban los peces, borricos y animales muy variados.
Y creyó era necesario disciplinar las sombras...
sonrieron de pronto los iridiscentes relámpagos solares.
Había que refrescar con pureza y cristal la tierra...
corrieron cantarinos: ríos, fuentes, lagos, mares...
No había aún pensado Dios en la lujuria
en el pecado, la traición y la belleza seductora,
cuando apareció la mujer, de pie bajo el manzano!
Bolívar Delgado Arce