Quiero entregarme a ti,
no como se entregan las cartas,
o como se entregan los besos,
quiero entregarme a ti más allá
de las palabras, más allá de la razón.
Ahí donde la inteligencia se ve
superada por el amor.
Ahí donde lo más importante no
es pensar, sino sentir.
Quiero entregarme a ti,
aunque estés lejos y mis manos,
desesperadas, anhelen tus manos.
Aunque el frio envuelva mi pecho
y congele mis labios y mi corazón
tiritando apenas pueda latir.
Quiero entregarme a ti, sin miedos,
sin prisas y con mucho cariño,
aunque ahora no estés
pero sé que estarás.