Xabier Abando

Envidia sana (Raquel)

 

Recuerdo muy bien sus ojos de ensueño,

hermosos y grandes, de intenso oscuro;

pensaba yo al verlos: tendrán seguro,

igual que su amor, venturoso dueño.

 

Recuerdo muy bien sus ojos de ensueño,

hermosos y grandes, de oscuro intenso;

y, cuando los recuerdo, siempre pienso

en quién será el afortunado dueño.

 

Y envidia sana siento yo de aquel

bendito que disfrute esa mirada,

la noche entera, hasta la madrugada,

dichoso entre los brazos de Raquel.

 

Y pienso en esos ojos que recuerdo,

sintiendo sana envidia del presunto

bendito usufructuario y me pregunto

que cómo puede mantenerse cuerdo.

 

© Xabier Abando, 08/09/2019