Matias 01

Al final todo se desvanece

Al final todo se desvanece a nuestras espaldas;

Los pasos desandados

se vuelcan sobre los sueños

y sobre el agua de la infancia con sus flores

deshojadas;

 

Debiera asomarme a los retratos,

ahora que se desnuda la intemperie,

ahora que en la mirada

envejece el color temprano;

A veces no me acuesto y sigo

esperando,

con los ojos apagados,

alguna mañana para regresar a casa.

 

Mi padre se fue ayer,

con esa lentitud en que el tiempo

tarda

en los insomnios,

con su silencio que llenaba todo

y ahora es más sonoro

y voraz,

en esta febril vigilia

en que pasan todas las máscaras de ayer

con nuestras vidas.

 

El hogar envejece con su tristeza

y con los cuervos llegando puntualmente

a su ventana;

La soledad se esparce con memoria

mientras la noche se multiplica

sobre lágrimas de vidrio

en cada rostro que emerge y nos rescata

del naufragio.

 

Ahora solo quedan las manos vacías

con su tiempo muerto,

con sus uvas de verano

en el destierro,

esperando en alguna mañana

la lluvia que en la infancia

nos lavaba la tristeza.