Eran los pies de mi sino,
con unos zapatos divinos,
nueva vida de verdades,
no huyas de su dulce boca,
suave, nerviosa.
Infancia lejana, en charcos mojada.
La edad y sus contratiempos,
caminar y caminar,
a algún sitio llegarás.
No necesitas recompensa
para continuar,
¡Jamás claudicar!
Caminar por caminar,
descubrir la sinceridad,
seguir la certidumbre
de que te vas a enamorar.