Vuelvo a tomar en el restaurante
(como cada día) en un vaso de soledad,
un café solo que me sabe a...constante
aburrimiento e infinita virginidad.
Tampoco es que me canse ni nada semejante,
pero esta rutina del tamaño de la oscuridad
hace que me replantee que,es un café insignificante,
algo que en esta incomunicación es pura sinceridad.
No sé si es bueno o malo... es oficial.
Quiero decir,tampoco es un autoengaño,
simplemente bebo porque es algo natural.
Acabo el café solo,y experimento algo extraño.
Salgo del restaurante con el estómago desértico
(no es falacia) y miro el reloj y me siento cadavérico.