Parece mentira
pero casi veinte años han pasado,
parece mentira
pero sigo estando enamorado.
Quién me iba a decir
que en aquel mar de asfalto,
de hormigón, noche oscura,
tú pasarías por mi lado.
Quién me iba a decir
que con el transcurrir del tiempo,
nuestras vidas selladas estarían,
como lo están la cometa y el viento.
Sopla, sopla fuerte, muy fuerte,
que no quiero caer al vacío,
que no quiero de ti desprenderme
y caer al vértigo negro, amor mío.
Plaza nueva, aunque vieja,
farolas de fugaces luces,
luz de mayo, tintineo adormecido,
nuestras vidas pendientes del cruce.
Ya era primavera en la plaza,
nublado día por aquel tiempo,
tu presencia serena y frágil,
me cegaste el pensamiento.
De tus ojos, una hermosura,
tu miraste yo te vi,
de tu boca jarrón vivo
nacen rosas y jazmín.
Pan de ángel sobre tus manos,
tu lo cuidabas con esmero,
más fue esa la excusa mía
para acercarme con anhelo.
Soñé que soñabas conmigo,
pensaba que pensabas en mí,
quimera, gran locura gigante,
sueño, vivo y pienso en ti.
Y tus dedos coger yo quería,
y tu cintura a la mía anidar,
como los pájaros que vuelan libres
a sus polluelos quieren abrigar.
Como delfín con su quejido,
como aullido de frenético lobo,
tus oídos de mis labios escucharon
que eras para mí más que el oro.
Tu mano prieta junto a la mía,
tu boca sella todo mi ser,
tu beso y mi beso uno solo,
solos y unidos, un nuevo nacer.
Veinte años hace que oro
en un susurro te dije que eras.
veinte años, casi, han pasado,
ahora collar de finas perlas.
Catorce estrofas te compongo
de aquel día hermoso mis quimeras,
quiero siempre tu sonrisa grata,
recuerdos de la plaza vieja.