Ayer te vi entre las sombras
Como dama esplendorosa,
Con el cuerpo de una diosa
Que ni siquiera la nombras;
Una virgen que entre rosas
Llevaba áurea corona
Mientras un ángel le entona
Melodías primorosas;
No distinguía tu faz
Te miré con insistencia
Y me deslumbrabas más
Con tu sagrada belleza,
Tu presencia celestial,
Tu tan sutil gentileza...