A los peores les deseo que se enamoren,
Para que luego traguen vidrio,
Pero son tan nimios, inferiores y bajos,
Que no pueden siquiera reproducir
Ni un gajo de esas emociones.
Pero las fingen, y así recogen
Los frutos de las huertas
Que en ellos nunca siembran,
Y a cambio dan migajas
Hurtadas y sobreactuadas
De sus cuores de tierra muerta.
Podrán ser amados
Pero nunca podrán sentir amor.
Lo que creen que es una herramienta
Para sacar provecho,
Solo es decorado de sus desechos,
Lo que pretenden que sea su salvación,
Como expiación escapatoria,
Termina siendo la maldición de las escorias.
Y qué peor maldición que la infinita repetición
De su vaciamiento afectivo,
Que en los demás resulta efectivo,
Cuando comen de sus heces
Como si fueran pasas de uva,
Pero para ellos el enamora-miento
Es un terreno desconocido,
Del que siempre son fugitivos,
Hacen que otros lo transiten
Y por el los vidrios pisen,
Para pasar por sobre ellos,
Hasta que termine la función
Con alguna que otra injusta defunción,
Y comience otra vez la repetición
De su interno desprecio
Y por fuera la eterna actuación.
Ese es su oficio de falaz beneficio,
Y que peor maleficio que ser de los peores,
Que amores no sienten y causan terrores...
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
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