Cuarenta estudios del amor y una canción desesperada
Te necesito cuando el día
apenas florece su brillo
y su felicidad.
Te necesito como desde el
primer día,
inmóvil,
fresca y
bella.
Como la primavera llena los
arados verdes secos de
los jardines de los bosques,
como el día necesita a la noche,
así, así te necesito.
Como los pájaros necesitan su canto
para gorjear,
así te necesito.
Tu amor floreciendo en el campo
del día aún cuando mi cuerpo
dormido esté por la fatiga
del sufrimiento y de dolor
insoportables de los
amores que en ti he
puesto.
Aún cuando los colibríes
se harten del néctar de
las flores, así, así
es como yo te digo
que te necesito.