PUES, NI MODO
Pues, ni modo,
aquí me tiene a pecho abierto,
hurgando con esperanza donde todo es desierto,
en inminente angustia de encontrarle un beso,
confundido entre arena, crepúsculo y olvido,
pero apoyado en más de cien mil latidos.
Todo parece confuso cuando pega la nostalgia,
pero basta con entender que nada es para siempre,
es suficiente con saber que está donde quiero que esté,
pues de lo demás se encargará el tiempo
y este inmenso querer.
Queda plasmada una elegía en cada gota de verdad,
sobretodo cuando cruza el alma mía y me regala ansiedad,
todo lo demás son cofradías de ilusiones,
entreverándose constantemente con mis emociones
para finalmente asentarse en mi pensamiento y llenarme de razones.
Pues, ni modo,
tocará pensarla para siempre,
como cae nieve un mes de Diciembre y se une al festejo del sentimiento,
buscándole y encontrándole,
atándole a mis sueños, atándome a sus alas,
sin más aspiraciones que estar juntos
y esparcirnos en libertad en nuestro nuevo mundo.
Ricardo Felipe
Contador de estrellas