LA HUELLA FLECHADA
Como mariposa que vuela de flor en flor,
un lector desconocido entra,
y lee el poema,
llevándose en sus sentimientos el polen
que desprendido de sus versos
entrega el poeta.
Y así, viajando de verso en verso,
de poema en poema,
de autor en autor,
el desconocido lector se nutre de belleza;
y acaso germina la poesía ajena
cuando deja un sentido comentario
que emociona a quien lo lea.
Detrás vendrán quizás otros lectores amantes de la poesía
y dejarán también una palabra, solo una,
pero plena,
y entonces, poco a poco,
los ocasionales lectores dejarán en el tronco del poema,
la huella flechada que para siempre
quedará grabada en el corazón del poeta.
Frank Calle (mar/ 4/ 2020)