Guardián De Ángeles

Con tal de no enloquecer

Consumación del amor en lo sublime,
delectación de los sentidos a plenitud
y el mundo se torna en un espectáculo
de belleza que entusiasma al entorno
y en el baile de insectos en su luminosidad
emerge el canto del corazón
y la elocuencia de los labios en su mutismo
que adornan con mil cintilaciones
al cielo de la noche dándole claridad.

La sonoridad de las vibraciones
cuenta leyendas de hermosura tal,
relatando todas las historias
que hemos forjado juntos.

Y de pronto en el silencio
emerge con excelsitud el beso…

¡Oh! Tu blancor es mejor al de nadie
y tu brillo más intenso que la luna.

La gloria de tu entelequia se materializa
en mi aposento tomando forma
con la pasión que se fecunda en mi ser
y me dejo seducir, mi piel se estremece,
guarnecido quedo entre tu manto
y bien sé que siempre por ley
al deseo me entrego para amarte,
con tal de no enloquecer, eres sublimidad,
bien sabes que te amo y te amo,
y saberte cerca mi alma procura,
que con sólo percibir tu fragancia
el fervor de mi apetito se despierta
y me domina y me induce
a encumbrarte, amarte, besarte, exaltarte…
tu imagen me embelesa
y termino sumergido en el desquicio
que hasta a mí mismo me espanto.

Me has visto insistentemente a los ojos,
deduciendo que el mundo los percibe
tal como tú afirmas por exhibición,
y proclamas que te han camelado
exigiendo te los entregue en visión
prolongada para renunciar a los otros.

¿Y que diré yo de tus labios de carmín?
Tu dicción en mi alma se transcribe
y en tus labios guardas la pasión
con la que ya me tienes encendido;
mis ansias se agitaron como potros
con avidez de saciarse en ti.

Y también por tus ojos ofrezco
todo mi amor, aunque me sublevo
y resisto un poco, te consagro mi alma,
implorándote y suplicándote, maravilloso ser,
que mis sufrimientos decrezcas,
dándome amor y no dolores.