Embrujado amor que en mi vida te has cruzado
y que mi candorosa inocencia has seducido,
¿por qué por otra oscura senda no te has ido
y mi alma en su estado prístino no la has dejado?
¿Por qué radiante apareciste un día a mi lado
y heriste mi corazón con flechas de Cupido?
¿Acaso por mar y tierra te hubiera seguido
si mis ojos tu belleza no hubiera epatado?
Dime, ¿por qué entonces tú ahora me has abandonado
sin yo nunca jamás haberte a ti ofendido?
Mejor hubieras mi corazón no haber herido
para que nunca por ti se hubiera desangrado.
Así yo por mi lado dichoso me hubiera ido
y tú por tu vereda te habrías alejado.
Suspiros y sueños de amor