La razón de mis suspiros,
Y también de mis desvelos;
La mujer que más yo quiero
Y que nunca, nunca olvido;
Es pasión, jamás martirio,
Obsesión; pero no celos,
Embeleso eran sus besos
Y ese cuerpo tan divino;
Hoy en mis sueños pervive
-Llama eterna en mi pasión-,
Es cual sombra que aún sigue
Impregnada en mi amor:
La experiencia más sublime
Que el destino me otorgó…