Qué gracia y que desgracia
qué estas combinaciones y palabras
sean tan absurdas
como el espacio enorme en el centro
vacío e inllenable que con la verdad
que no es de ancho ni pesado
ni de lo que se puede tocar
Qué gracia y qué desgracia
que los días pasen y soplen que los mañanas estén tan cerca
y todo quiere quedar asegurado
qué gracia y qué desgracia
que después de tanta prueba
vos sigás siendo
y qué sigue amaneciendo
y sigo recorriendo laberintos
y sigo queriendo seguir
saltándome la barda