AGUJEROS EN LA INFANCIA
Sentado a solas
con el alma llena de ausencia
y la mirada vacía y tranquila,
el hambre, desayuna indiferencia
-en medio de la interperie-
con la nostalgia de aquellas sonrisas
que van de un lado a otro
llenos de sí mismos
en un mundo creado por amor.
Acaso por amor
no brotan las semillas,
el sol abraza la tierra,
la lluvia refresca el estío;
y por amor las madres existen.
¿Dónde está ese amor que antes hubo?
Y ¿qué será de aquellos niños
que viven bajo la luna y se cubren del frío
y desayunan hambre e indiferencia?.
Lincol Martin Medina Luna.