Ahora que veo el final de mi camino cercano,
viene a mi memoria la quebrada que subimos;
con esfuerzo y tesón a su cúspide ascendimos
los dos amorosamente asidos de la mano.
Hoy rememoro aquel tiempo pasado y lejano
que se llevó los melosos besos que nos dimos.
Aquel luminoso halo de amor en que vivimos
hizo que me sintiera más divino que humano.
Hoy no puedo ya volar por las ondas celestes
que a un mundo etéreo me trasladaban junto a ti
y en el que los dos vivíamos enamorados.
Ahora sólo puedo andar por las sendas agrestes
que me llevan a la amarga fuente en que bebí
los dulces efluvios de tu amor por ti exhalados.
Suspiros y sueños de amor