Eres rata del piñal,
que buscando: ¿Qué comer?,
no terminas de joder.
¡Y claro, eres animal!
El queso debo esconder,
porque tú en la oscuridad,
sagaz con seguridad,
rápido puedes roer.
Pareces muy indefensa,
cuando te veo correr,
apeteciendo tener,
lo que para mí es ofensa.
Rata tenías que ser,
escondiéndote en los hoyos,
tu presencia es un embrollo,
que hay que desaparecer.
Tus crías con rapidez,
naciendo van día a día,
aumenta ratonería,
desatando mas estrés.
Contaminas ya las casas,
de noche, al amanecer,
tu ruido hace estremecer,
y de astuta te propasas.
Te cuelas en los partidos,
haciendo tu madriguera,
quedándote con la espera,
de manjar queso florido.
Terminar ratas quisiera,
por montones de una vez,
pa\' vivir con nitidez,
cuando nueva luz viniera.
Corres mucho en rama estrecha,
por el centro de su tronco,
y tu ruido siempre es bronco,
al centro, izquierda o derecha.
Aunque el nido esté cundido,
de las ratas y ratones,
corriendo irán por montones,
cuando el techo esté caído.
Si las ratas no existieran
no causaran tanto daño,
¡y sería muy extraño,
que se desaparecieran!
Los molestos roedores,
que dejaran de existir,
darían mejor vivir,
viniendo tiempos mejores.
Si el Estado y el Gobierno,
hicieran mucho al respecto,
sería un acto imperfecto,
por su roer sempiterno.
Pero…
Morirán en los armarios,
como ratas pestilentes,
porque nada es para siempre,
¡cuando hay revolucionarios!
Si alguien se siente ofendido,
o herido en su dignidad,
así opera la verdad,
con los versos subversivos.