Kinmaya

Horas Negras

La noche más oscura cae junto a un lamento,

  desde alguna grieta oculta en el alma,

parpados de piedra con ojos vacíos,

abrumador sonido se hunde lejano.

 

Una mirada se aleja entre tinieblas,

 detrás de algo inacabado y lleno de sombras,

la garganta puebla los silencios que el tiempo no escucha,

la ausencia de espacio mueve el destino más allá del misterio.

 

 La cordura imagina la más profunda oscuridad,

el abrazo de una nada inmóvil resbala entre manos frágiles,

 aferradas a una ilusión que yace desolada al límite,

horas negras sucumben altaneras, bajo los sueños del alma.