Dulce palabra
que llena nuestra vida
de amor y alegría...
Su imágen,
joven o mayor
tiene el encanto especial
que Dios puso en su ser:
abnegación y entrega;
alegría de vivir
y sabiduría
para responder y guiar
a su descendencia.
Ama, sufre y lucha
por el bien de su prole
no importa la edad
ni el tiempo
ella siempre está,
física o espiritualmente
por voluntad divina.
Madre, bendita seas!