Ni una menos, es el grito desesperado
De las que hoy alzamos la voz;
Por el hartazgo de la ignominia
Que hay a nuestro alrededor.
También, por las que por muchos años
Han cercenado y aún viven con su martirizador;
Por aquellas que no volvieron jamás
Y no tienen una tumba donde poderles llorar.
Por las que fueron a secuestrar
Y sus cuerpos fueron a vejar,
Por aquellas que su verdugo acalla
Y atemoriza y no la deja hablar.
Esto no es cuestión de feminismo
Sino de respeto y dignidad,
Ya “basta” de tanta impunidad,
De ver a esos machistas que dejan en libertad
Que aun sabiendo el daño que han hecho
Su crimen jamás van a pagar.
Y que nosotras por el simple hecho de ser mujer
Tengamos miedo de vivir con miedo y sin libertad,
De expresar nuestras inconformidades
Porque a golpes nos quieren nuestros derechos coartar.