Quien fuera se enamora si te mira,
al contemplar la luz de tu mirada,
mrándote a la vez también suspira,
un júbilo naciente de la nada.
Hermosas son las sendas que caminas,
las olas juguetonas de tu pelo,
al ambiente completo lo dominas,
tus ojos relucientes como el cielo.
El rojo dominante de tu boca,
dibujando tan cálida sonrisa,
que siempre te recuerde me provoca,
teniéndote en mi mente tan de prisa.
Se turban al mirarte tantos seres,
suspiran y no pueden ocultarlo,
aunque yo siempre admiro a las mujeres,
contigo pierdo el piso, sin pensarlo.