Cuando en mis ojos llueve
y sube la fiebre,
y el ánima se pierde.
Llueve sobre mojado
y no estoy borracho,
no soy un hombre malo
dudo y me desencanto,
llueve en mis ojos
y aprieto los párpados
sufro llorando,
igual me calmo.
Sigo viajando,
Sigo soñando.
Y todo mi cuerpo por un momento se queda mudo y manso,
abro los ojos y persigo el viento,
y siento como te amo.
Oh, amada mía,
molesta y duele la melancolía.
El llanto ha terminado, los ojos abiertos,
el alma ha retornado.
Gracias a tu mirada
Huyen los fantasmas,
esas sombras largas que siempre me amenazan.