Mi amor, no siente.
Mi amor, no quiere.
¿Qué tan difícil es dejar quererse?
¿Qué tan insípido será quererme?
Definitivamente,
amo a quien no lo merece.
Ha pasado un año
-e incluso,
podrían pasar otros cuatro-,
y tu beso,
seguirá siendo un juego que,
por segundos,
interpreté como sincero.
Ridículo, estúpido y terco,
soy al continuar con los encuentros.
Debería tenerme un poco más de respeto,
negar tus antojos,
emprender algo nuevo...
Pero soy un pendejo, y sólo a vos te quiero.